Es una pregunta que me envuelve los pensamientos siempre... y hoy he decidido responderme.
Me gusta respirar. Sé lo que estás pensando, pero no, no me refiero a esa clase de respiro, hablo del respiro prolongado, disfrutado y recordado. El inhalar olores, la fragancia de aquellas flores silvestres cuando iba paseando en bicicleta, o el olor potente del perfume de mi abuelo cuando va a salir. Me gusta respirar cosas, personas e ideas; no soy fanática de la respiración robótica y rutinaria, esa que en vez de llenaros, nos desarma un poco más.
Me gusta el cielo, sus colores, las nubes, la lluvia. Me gusta ver a los pájaros surcar el cielo mientras disfruto de un libro bajo la sombra de un árbol. Me gusta el viento moviendo mi cabello en todas las direcciones y como los rayos del sol tratan de abrirse camino entre las hojas.
Me gusta coleccionar cosas, recuerdos y personas. Las sonrisas que llegan sin avisar son un premio ingente; y darlas y recibirlas son un deseo sobrenatural.
Me gusta, entre otras cosas, la poesía. Y no necesariamente esa que presenta todas las características para ser catalogada como tal, no. Me gusta la poesía que se siente, se identifica y se goza. Aquella que no necesita raudales de palabras para ser fuerte, potente y llena de sentimientos; me gusta la poesía escrita, oral y la muda.
La lectura incrementó mi gusto por la vida. Leer es parte de mi vida, es mi aire en momentos de ahogo y mi agua en épocas desérticas. Los libros han sido pilar fundamental en mi existencia, lo que de allí he leído ha permanecido y permanecerá en mí para siempre.
La suma de todos estos gustos ha dado como resultado mi felicidad. He comenzado a captar mi atención en estas cosas, que aunque irrelevantes, romas y banales para algunos, son para mí motivos de alborozo y gratitud. Por eso ahora, cuando vea que mi mundo comienza a apagarse, a perder color, a volverse oscuro, frío y solitario, abriré esta carta y me la leeré, en voz alta y con mucha vehemencia, para hacerme saber que aunque todo este en blanco y negro, los colores no dejarán de existir.
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Texto para cuando tengo mis días oscuros, recordar que voy a encontrar la luz.